A mitad de camino entre Baradero y San Antonio de Areco, se accede por la Ruta Provincial N°41, a la altura del kilómetro 303. A la vera de las vías del Ferrocarril Belgrano se encuentra la estación inaugurada el 25 de noviembre de 1912, antes conocida como ¨parada KM 128¨. A su alrededor se edificaron las viviendas del pueblo que lleva el nombre del terrateniente que donó las tierras, Don Carlos Santa Coloma. Y aunque el ramal no presta servicios de pasajeros desde su cierre en 1977, todavía se conservan elementos originales que denotan la historia.
Las dos anchas avenidas, Democracia y Libertad, se llaman así desde 1983, y el resto de las pintorescas calles lleva el nombre de árboles autóctonos: Ombú, Palo Borracho, Guatambú, Araucaria, Quebracho, entre otros. La preservación de almacenes de ramos generales, el excelente estado de las viviendas particulares -como “La Adelaida 1929″, una de las construcciones más antiguas donde funcionaba la Escuela N°22-, junto a la capilla Santa Coloma y la estación del ferrocarril; son algunos de los motivos por los que la localidad fue declarada “Pueblo turístico y Paisaje Cultural”.
Como nacio la fiesta:
“Como todos los 1° de mayo acá la gente prepara comida, hace algún plato especial, y salen a vender, nos gustaba la idea de que haya un día para festejar el Día del Trabajador, pero no sabíamos si iba a dar resultado”, agrega sobre los inicios del proyecto que nació esa tarde de lluvia en la que fue inevitable pensar en tortas fritas. Cuenta que cocina desde muy chica porque creció en una numerosa familia en la provincia de Entre Ríos, donde conoció a su esposo, a quien define como “un fuera de serie”, y “un espectáculo”, dejando entrever que el amor fue la clave para afrontar las tres mudanzas que hicieron a lo largo de su matrimonio.
En 2006 una tarde de lluvia torrencial en Santa Coloma surgió la idea de crear un evento que convoque no solo a los 200 habitantes de la localidad que pertenece al partido bonaerense de Baradero, sino también que despertara el interés más allá de las 20 manzanas que conforman el pueblo. Fue a través de una charla entre Lidia Jiménez, la enfermera de la salita -actualmente ya jubilada-, y Oscar Scollo, que en ese entonces se desempeñaba como delegado municipal. La conversación fue el puntapié, definieron los pasos a seguir, y un grupo de ocho vecinos llevó a cabo la primera edición de la Fiesta del Mondongo y la Torta Frita, que se convirtió en una tradición que superó sus expectativas y cada año asisten más de 20.000 personas.