Por Javier Yacoy.
Este martes la Marcha Federal Universitaria movilizó a estudiantes, docentes, egresados, rectores, investigadores, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y a distintos actores de la Política Nacional en rechazo del ajuste del presupuesto de las universidades públicas.
La manifestación a favor de la educación pública, inicialmente convocada como una expresión de la sociedad en busca de mejoras en el sistema educativo, tomó un giro inesperado al convertirse en un evento político de gran envergadura. La presencia de partidos políticos de diferentes ideologías y la incorporación de agendas políticas variadas influyeron significativamente en su desarrollo y en los resultados obtenidos.
Por un lado, cabe destacar que la participación de varios partidos políticos en la manifestación pudo haber proporcionado mayor visibilidad y apoyo para las demandas de la educación pública. La presencia de figuras políticas prominentes puede haber permitido una mayor difusión mediática y una mayor atención tanto de los ciudadanos como del gobierno.
Sin embargo, este carácter político de la manifestación también puede haber beneficiado al tan criticado gobierno de Javier Milei. Esto se debe a la presencia de figuras como Martín Lousteau (Presidente de Unión Cívica Radical), recientemente criticado por su voto a favor del aumento de su dieta como Senador Nacional, que subirá a mas de $7 millones brutos para mayo.
No obstante, es importante cuestionar si el desvío hacia lo político en la manifestación pudo haber diluido o desvirtuado el enfoque principal en mejorar la educación.
La presencia de agendas y demandas políticas diversas podría haber restado atención y claridad a los reclamos específicos relacionados con el recorte de presupuesto a la educación. Además, existe el riesgo de que el gobierno aproveche esta situación para su propio beneficio político sin abordar adecuadamente las necesidades reales del sistema educativo que en un principio, buscaba y esperaba obtener alguna respuesta, en la sociedad.
En conclusión, la manifestación a favor de la educación pública, que se volvió política al recibir a partidos políticos de distintos sectores, presentó tanto oportunidades como desafíos para el gobierno de Javier Milei. Si bien la participación de partidos políticos puede haber generado mayor visibilidad y respaldo para las demandas de la educación, también plantea interrogantes sobre la priorización de la agenda educativa frente a otras cuestiones políticas. Es esencial evaluar cómo este escenario político impactará en las futuras acciones gubernamentales en relación con la educación pública y si los compromisos asumidos durante la manifestación serán genuinamente cumplidos.