Por Javier Yacoy
Hace 46 años, el 25 de junio de 1978, tuvo lugar un momento histórico para el fútbol argentino: la obtención de su primera estrella mundial. En aquella tarde épica, Argentina derrotó 3-1 a Países Bajos en el estadio Monumental, consagrándose campeón del mundo en medio de un periodo oscuro de la historia del país, durante la dictadura militar.
A pesar de las controversias y críticas que rodearon la organización del Mundial en un contexto político complicado, los jugadores albicelestes salieron al terreno de juego a cumplir el sueño de sus vidas. Tras un inicio complicado, Argentina logró avanzar en la competencia hasta llegar a la gran final contra Países Bajos, uno de los equipos más destacados de la época.
Cada gran gesta está acompañada de relatos y detalles que enriquecen la historia, y la consagración argentina de 1978 no es la excepción. Aquel logro desencadenó una euforia popular sin precedentes, dejando anécdotas memorables que perduran en la memoria colectiva y que parecen difíciles de replicar en la actualidad.
A más de cuatro décadas de ese triunfo histórico, los seguidores del fútbol continúan recordando con emoción los goles de Mario Alberto Kempes, las intervenciones salvadoras de Ubaldo “Pato” Fillol y la visión estratégica de César Luis Menotti, el director técnico del equipo campeón.
En coincidencia con este aniversario, hoy la selección argentina se enfrenta a Chile en un partido crucial de la fase de grupos de la Copa América, reviviendo la pasión y la emoción de aquel hito futbolístico que marcó un antes y un después en la historia